
En esta sección encontrarás respuestas claras sobre la Terapia CráneoSacral, la osteopatía y los distintos enfoques que integran mi práctica. Mi objetivo es ayudarte a comprender cómo trabajamos y qué puedes esperar de una sesión.
Es una terapia manual suave que busca mejorar el funcionamiento del sistema nervioso central. El terapeuta utiliza un contacto muy ligero para percibir los movimientos sutiles del líquido cefalorraquídeo y facilitar la liberación de tensiones profundas en el cuerpo. Su principio fundamental es que el cuerpo tiene la capacidad de autorregularse cuando se le ofrece un entorno de seguridad y escucha.
Aunque el contacto es físico, la Terapia CráneoSacral no busca relajar músculos ni manipular estructuras. En lugar de “hacer algo” sobre el cuerpo, el terapeuta escucha sus ritmos y responde con neutralidad, acompañando los procesos naturales de corrección del sistema.
Cada persona lo vive de forma distinta. Algunos sienten una relajación profunda o calor en ciertas zonas; otros pueden experimentar movimientos sutiles, emociones o imágenes. Lo más importante es que el cuerpo se expresa de manera espontánea, mientras el terapeuta acompaña sin forzar ningún resultado.
Significa que no se fuerza ninguna estructura ni se manipula al paciente. El cuerpo tiene sus propios tiempos y respuestas. El terapeuta acompaña ese proceso con un toque mínimo y una escucha profunda, respetando la sabiduría intrínseca del sistema.
Depende del motivo de consulta y del ritmo de cada persona. Algunos pacientes notan cambios desde la primera sesión; otros requieren un proceso más gradual. El objetivo no es suprimir síntomas, sino favorecer un equilibrio global y duradero.
Sí. Por la suavidad del contacto, la Terapia CráneoSacral es segura para todas las edades, desde recién nacidos hasta personas mayores. También puede aplicarse en embarazadas y en personas con condiciones de salud delicadas, siempre respetando los límites del cuerpo.
Significa que una experiencia que estaba contenida en el sistema —en forma de tensión o restricción— encuentra una vía para expresarse y reorganizarse. No es un proceso mental ni una catarsis forzada, sino una respuesta natural del cuerpo cuando se siente seguro y escuchado.
No. El proceso no requiere recordar ni revivir conscientemente lo ocurrido. A veces surgen imágenes o emociones, pero no se busca el recuerdo, sino la integración corporal de aquello que el sistema estaba sosteniendo.
A través de la percepción del ritmo craneosacral, de la calidad del movimiento de los tejidos y de la respuesta del cuerpo al contacto. El terapeuta se entrena durante años para desarrollar una sensibilidad capaz de reconocer las señales más sutiles del sistema, sin imponer una dirección.
El Upledger Institute International, fundado por el Dr. John E. Upledger, es la institución pionera en el desarrollo, investigación y enseñanza de la Terapia CráneoSacral. Cuenta con presencia en más de 70 países y miles de terapeutas formados bajo estándares clínicos y académicos de excelencia.
Los cursos están dirigidos a profesionales del área de la salud —como fisioterapeutas, osteópatas, enfermeros, médicos, psicólogos o terapeutas manuales—, así como a personas con vocación de servicio y conocimiento básico de anatomía. El aprendizaje combina rigor anatómico, sensibilidad y empatía.
Sí. Todos los cursos dictados por el Upledger Institute Perú están autorizados por el Upledger Institute International (EE. UU.), y otorgan certificación oficial válida en todos los países donde el Instituto tiene representación.
El Dr. Herbert Carty cuenta con más de 24 años de experiencia clínica, un PhD en Ciencias Osteopáticas Clínicas y la distinción de Diplomate Certified (CST-D), el nivel más alto otorgado por el Instituto Upledger. Su enfoque integra conocimiento anatómico profundo, sensibilidad terapéutica y una comprensión precisa del componente somatoemocional del cuerpo, ofreciendo un tratamiento individualizado en un entorno de respeto, neutralidad y confianza.
Sí. De hecho, suele potenciar los efectos de otros tratamientos médicos o terapéuticos al favorecer la autorregulación del sistema nervioso. No reemplaza la atención médica, sino que la complementa desde una perspectiva integral.
La osteopatía es un enfoque médico-terapéutico que considera al cuerpo como una unidad funcional donde estructura y función están íntimamente relacionadas. A través de técnicas manuales precisas, el osteópata busca restaurar la movilidad y el equilibrio global del cuerpo, favoreciendo su capacidad natural de autorregulación.
La Terapia CráneoSacral es una especialidad dentro del enfoque osteopático, desarrollada por el Dr. John E. Upledger. Mientras la osteopatía puede incluir técnicas más estructurales o de movilización fascial, la Terapia CráneoSacral trabaja con contactos mucho más sutiles, orientados al sistema nervioso central.
Cada cuerpo necesita un abordaje distinto. Algunos tejidos responden mejor a un contacto muy sutil, mientras que otros requieren movilizaciones fasciales o viscerales más específicas para liberar restricciones. Todas las técnicas se aplican con sensibilidad, precisión y dentro del rango de confort del paciente.
La osteopatía puede ayudar en una amplia variedad de condiciones, como dolores musculares y articulares, problemas digestivos o respiratorios, migrañas, alteraciones posturales y disfunciones relacionadas con el estrés. Su objetivo es tratar la causa funcional, no solo los síntomas.
Sí, absolutamente. Cuando es practicada por un profesional formado en anatomía, fisiología y técnicas osteopáticas avanzadas, es una terapia segura, respetuosa y no invasiva. En cada sesión, el tratamiento se adapta al estado físico y emocional del paciente.
La Manipulación Visceral es una técnica desarrollada por el osteópata francés Jean-Pierre Barral, orientada a restaurar la movilidad y la función de los órganos internos y sus fascias de sostén. Cuando un órgano pierde su movimiento natural —por estrés, cicatrices, posturas o emociones retenidas— puede alterar la mecánica del cuerpo y generar dolor o disfunción.
Los órganos internos están conectados a músculos, fascias y articulaciones a través de redes fasciales. Por eso, una restricción en el hígado, el estómago o el diafragma puede reflejarse como tensión en el cuello, el hombro o la espalda. Al liberar esas restricciones viscerales, el cuerpo recupera su equilibrio global.
El propósito no es solo aliviar síntomas, sino restaurar la relación entre la persona y su cuerpo. Cuando el sistema recupera su equilibrio, la salud deja de ser ausencia de dolor y se convierte en un estado de coherencia, calma y vitalidad. La Terapia CráneoSacral acompaña ese camino con respeto, sensibilidad y confianza en la sabiduría natural del cuerpo.